La excusa perfecta para no quedarse en casa. Espacio con coloridos murales y gente con pelos rojos y lilas yendo de un lado a otro entre el vaho, el sudor y las altas decibeles.
Es probablemente el restaurante más californiano (entiéndase de espíritu indie y relajado) de todo Santiago. La especialidad de la casa: el Fish and Chips.
Gran ambiente e íntimos recitales, desde el rock cumbianchero de Poder Guadaña, hasta todo el refinamiento de Chico Trujillo.
No están las bolas de luces que llamaban la atención. En su reemplazo, hay una pantalla que proyecta ácidos y movidos círculos. Hipnosis total.
Un lugar que regularmente recibe a DJs nacionales y, de tanto en tanto, a celebridades de todo el mundo. Bien podría estar en Berlín, pero está en Santiago.
Entretenido espacio de arte, con una galería, taller y tienda de ropa con productos diseñados por artistas nacionales. Es cosa de ir a mirar.
