Conceptualmente brillante; el diseño, la música ambiente y el menú son todo armonía, todo deleite. Después de unas compras sabatinas tempraneras, nada mejor que su brunch en el deck.
El Bol Vietnamita es delicioso, un poco aguado dado que la salsa es totalmente líquida pero el sabor increíble. Delicioso tener la Cafeoteca al lado para ir por un latte delicioso💕
Comida creativa y bien ejecutada. Evidencia de que en Costa Rica hay que pagar mucho si se quiere comer bien, porque es bien carito. Tampoco hay mucha oferta vegetariana. El lugar es bello.
El ambiente una linda experiencia, la calidad de la comida aceptable, los precios no necesariamente ajustados a la calidad recibida, pero el tiempo de espera ea fatal aunque el trato es bueno.
La comida está muy buena, el servicio queda debiendo, el tiempo de espera es eterno (no vengan con poco tiempo o hambre) y definitivamente el precio no es acorde con toda la experiencia q se ofrece.